- by SIMED
- 16 de octubre de 2020
Existen dos categorías principales de pruebas de diagnóstico, las que detectan el virus directamente (moleculares) y las que detectan la respuesta de anticuerpos del organismo infectado como defensa ante el virus (serológicas), pudiendo estas últimas ser procesadas de forma descentralizada (pruebas rápidas) o en instrumentos con muy alta sensibilidad y especificidad centralizando su procesamiento en un laboratorio clínico (quimioluminiscencia como ejemplo). Simed, líder en sistemas de calidad y servicios de excelencia en el área de salud, es experto en la implementación exitosa de estas innovaciones para combatir la pandemia y tener los mejores resultados de diagnóstico.
Pruebas moleculares: Al ser la COVID-19 un síndrome respiratorio (que posee síntomas y signos muy similares a otras enfermedades respiratorias que conforman las principales causas de muerte en nuestros países aún antes de la pandemia) debemos diferenciarla de las múltiples causas ensayando el denominado Diagnóstico Sindrómico: Es decir, a partir de una sola muestra obtener múltiples resultados en un solo reporte, en un tiempo de aproximadamente una hora, una vez que la muestra llega al laboratorio para un manejo oportuno del paciente. Mientras que, con el procedimiento tradicional se iría descartando cada causa empleando múltiples pruebas, demorando los resultados varias horas o días, causando un potencial manejo inadecuado de los pacientes.
Pruebas serológicas: No todos los anticuerpos desarrollados por el organismo protegen con la misma eficacia. El Coronavirus presenta una región llamada Spike (S) contra la cual se dirigen algunos anticuerpos que pueden ser identificados por algunas pruebas serológicas y que han demostrado poseer capacidad de neutralización del virus, es decir disminuir o evitar el poder infectivo del virus durante la enfermedad. Mientras que otros anticuerpos dirigidos contra otras regiones del virus como las nucleocápside (N) con menor eficacia en la protección son detectadas por otras pruebas serológicas, lo cual hace importante poder identificar el tipo de pruebas empleadas.
En adición a esta detección diferenciada, ahora posible, es factible poder cuantificar los anticuerpos contra la región (S), y en algunos casos incluso relacionarlos con el poder neutralizante estudiado al momento. Esto dará pase a una mejor selección de donantes de plasma convaleciente en base a la selección y concentración de sus anticuerpos y a la evaluación de la respuesta inmune ante una futura vacuna. Asimismo, se convierte en uno de los mejores complementos para las pruebas moleculares negativas y la ausencia de síntomas cuando se evalúa el momento para retorno al trabajo de las personas que tuvieron la enfermedad, así como el seguimiento adecuado de los pacientes.
Una tercera innovación parte de la recomendación de la CDC (Centro para el Control de Enfermedades) para emplear una Estrategia Ortogonal de Diagnóstico empleando como primer filtro las pruebas centralizadas de anticuerpos (procesadas por tecnologías como quimioluminiscencia en los laboratorios) o las pruebas rápidas, cuyos resultados positivos pasarían por un segundo filtro basado en pruebas que detecten anticuerpos contra una región o tecnología distinta con la finalidad de elevar el valor predictivo positivo (confianza en que un resultados positivo sea indicativo de la presencia real de anticuerpos). Este indicador se ve muy afectado en las poblaciones con baja prevalencia (presencia de la enfermedad), siendo en algunos casos más útil lanzar una moneda para detectar confiablemente los anticuerpos si no se aplicara esta estrategia.
Es importante considerar que si bien el coronavirus ha sido una enfermedad que sorprendió a la humanidad, la ciencia y la tecnología; con el transcurso del tiempo se llega a conocer de mejor manera su evolución y desarrollo. Empresas comprometidas con la salud como Simed, propone nuevas y mejores formas de afrontarla sobre todo en la instancia del diagnóstico para el efectivo tratamiento.